Cómo limpiar rejillas de extracción en cocinas de Barcelona
Cómo limpiar rejillas de extracción en cocinas de Barcelona: productos, frecuencia y trucos para desengrasar la campana y evitar olores, mejorando eficiencia.
Índice
- Por qué limpiar rejillas de extracción
- Tipos de rejillas y filtros en la campana
- Seguridad y preparación del espacio
- Productos y utensilios recomendados
- Paso a paso para limpiar rejillas metálicas
- Limpieza interior de campana y zonas accesibles
- Frecuencia, mantenimiento y plan en Barcelona
- Errores comunes y cómo evitarlos
- Preguntas frecuentes
Por qué limpiar rejillas de extracción
Las rejillas de extracción y los filtros de la campana son la primera barrera contra la grasa en suspensión, el vapor y los olores. Con el uso diario, esas partículas se adhieren y forman una película pegajosa que reduce el caudal de aire, fuerza el motor, incrementa el ruido y multiplica los olores persistentes en la vivienda. En pisos de Barcelona, donde la cocina suele compartir espacio con el salón y la ventilación natural no siempre es óptima, mantener las rejillas limpias hace una diferencia notable en confort y salubridad.
A nivel de seguridad, la grasa acumulada es combustible. Una llama alta o un sobrecalentamiento puntual puede prender residuos en filtros sucios. Además, la suciedad favorece la proliferación de bacterias y el depósito de polvo, que regresan al ambiente. En términos de eficiencia energética, un sistema limpio extrae mejor con menos potencia: menos minutos de uso para un mismo resultado y, por tanto, menor consumo eléctrico.
Beneficios clave de la limpieza regular: mejor extracción de humos, reducción de olores, menor ruido del motor, más vida útil de la campana y un hogar más saludable.
Si cocinas con aceites de oliva y sofritos habituales en la gastronomía mediterránea, la emulsión de grasa y vapor se adhiere con rapidez. Por ello, un plan de limpieza de rejillas mensual —o quincenal si fríes a menudo— es una buena práctica. En viviendas cercanas a la costa, la humedad ambiental también puede fijar más residuos, de ahí la importancia de ser constantes.
Tipos de rejillas y filtros en la campana
Antes de limpiar, identifica el tipo de filtro. Los más comunes en hogares son los filtros metálicos de malla —aluminio o acero— encargados de atrapar grasa. Suelen ser extraíbles mediante una pestaña o pulsador. En campanas recirculantes, además de los metálicos, hay filtros de carbón activo que neutralizan olores: estos no se lavan; se sustituyen según indicaciones del fabricante. También existen paneles tipo baffle (láminas inclinadas) muy eficaces en cocinas de alto uso.
Las rejillas frontales pueden ser una pieza independiente o integrarse en el propio filtro. Revisa el manual para conocer el sentido de extracción, el tamaño y si son aptos para lavavajillas. La mayoría de filtros metálicos modernos lo son, aunque conviene usar programas cortos y sin secado a alta temperatura para evitar decoloración.
- Metálicos de malla (aluminio/acero): lavables y reutilizables.
- Carbón activo: consumibles, no se lavan; se reemplazan.
- Tipo baffle: lavables, alta eficiencia contra grasa.
En Barcelona es habitual encontrar campanas telescópicas en cocinas compactas; su filtro se desliza. Otras viviendas incorporan campanas decorativas con cúpula de cristal o acero; el acceso varía. Identificar correctamente el modelo te permitirá desmontar sin forzar, evitar roturas de pestañas y preparar el producto de limpieza adecuado.
Seguridad y preparación del espacio
Trabaja siempre con la campana apagada y fría. Si vas a limpiar zonas internas, desconecta la alimentación eléctrica (interruptor o enchufe) para mayor seguridad. Protege la placa con papel absorbente o un paño viejo para recoger goteos. Utiliza guantes para manipular desengrasantes y evita salpicaduras en ojos y piel.
Ventila la cocina abriendo una ventana o usando extracción natural. Ten a mano una palangana o fregadero despejado para el remojo de los filtros. Prepara dos paños de microfibra (uno para desengrasar y otro para secar), un cepillo de cerdas suaves o un cepillo de uñas para la malla, y una esponja no abrasiva para la carcasa de la campana.
Consejo: coloca una bolsa en el cubo solo para residuos grasos y papeles usados. Así evitas que la grasa se reparta y facilitas el reciclaje del resto.
Si tienes techo bajo o campana decorativa, usa una escalera estable. No mezcles productos (lejía + amoníaco u otros), y prueba siempre en una esquina antes de aplicar a toda la superficie, especialmente en acero inoxidable o cristal. Tener el espacio preparado reduce tiempos y evita accidentes domésticos.
Productos y utensilios recomendados
Para grasa de cocina, funcionan muy bien los desengrasantes alcalinos domésticos. Busca fórmulas aptas para acero y aluminio. En alternativas caseras, una mezcla de agua caliente con bicarbonato y unas gotas de lavavajillas corta-grasa es excelente para remojar filtros. El vinagre blanco ayuda a desodorizar y disolver restos minerales, útil en zonas con agua dura.
- Desengrasante apto para cocina (pulverizador).
- Bicarbonato sódico para remojo y pasta suave.
- Vinagre blanco para neutralizar olores y cal.
- Paños de microfibra y esponja no abrasiva.
- Cepillo suave/cepillo de uñas para malla.
Evita lana de acero o estropajos duros que rayen el metal. En acabados de acero inoxidable, seca siempre en el sentido del pulido para evitar marcas. Si tu campana tiene panel de cristal, usa limpiacristales al final para dar brillo. Los aerosoles de silicona no son recomendables en filtros: pueden obstruir la malla.
Tip local: en Barcelona, donde la humedad puede intensificar olores, añade al remojo una cucharadita de vinagre para neutralizarlos sin perfumes fuertes.
Paso a paso para limpiar rejillas metálicas
1) Desmontaje: localiza la pestaña y retira las rejillas/filtros con cuidado. Observa el sentido para colocarlos luego igual. 2) Prelavado: enjuaga con agua caliente para ablandar grasa superficial. 3) Remojo: llena la pila o una palangana con agua muy caliente, añade lavavajillas corta-grasa y dos cucharadas de bicarbonato por cada litro. Deja actuar 15–20 minutos.
4) Cepillado: con un cepillo suave, frota a favor de la malla para no deformarla. Repite por ambas caras hasta que el agua deje de verse amarillenta. 5) Aclarado: enjuaga con agua caliente. Si persiste olor a fritura, rocía vinagre, deja 2 minutos y vuelve a aclarar. 6) Secado: sacude el exceso de agua, seca con microfibra y deja en posición vertical para que escurra.
¿Lavavajillas? Colócalos en la balda superior con programa corto y sin secado a alta temperatura. Evita tabletas con abrillantador fuerte; pueden opacar el aluminio.
7) Reinstalación: comprueba que la pestaña haga clic y que la rejilla asiente sin holguras. 8) Prueba: enciende la campana y verifica un flujo de aire más uniforme y menor ruido. Una limpieza correcta devuelve la capacidad de captura y mejora la ventilación general de la cocina.
Limpieza interior de campana y zonas accesibles
Con los filtros fuera, limpia el interior accesible de la campana. Pulveriza desengrasante en las paredes internas y deja actuar 2–3 minutos. Retira la grasa con una esponja no abrasiva y paños húmedos. Evita mojar el motor o la iluminación. Si hay difusores de luz o pantallas, retíralos si el fabricante lo permite y límpialos con agua y un poco de jabón.
En campanas de recirculación, localiza el compartimento del filtro de carbón. Si huele rancio o han pasado más meses de lo indicado, cámbialo. En sistemas con salida al exterior, revisa la válvula antirretorno visible: debe abrir y cerrar sin atascarse. Limpia también el frontal de mandos, que acumula grasa por contacto.
- Paños apenas húmedos cerca de partes eléctricas.
- Seca al terminar para evitar marcas y goteos.
- No uses pulverizadores directamente sobre focos o motor.
No accedas a conductos empotrados; requieren servicio profesional. A nivel doméstico, la clave es mantener filtros y cavidad limpia para que la grasa no llegue al conducto. Así minimizas olores y prolongas la vida del equipo.
Frecuencia, mantenimiento y plan en Barcelona
La frecuencia depende del uso. Si cocinas a diario con salteados y frituras ligeras, limpia rejillas cada 3–4 semanas. Si fríes con frecuencia o haces planchas intensas, cada 2 semanas. Para usos ocasionales, cada 6–8 semanas puede bastar. En barrios costeros, la humedad y la ventilación variable pueden retener olores: prioriza limpiezas más cortas y constantes.
Plan mensual sugerido: semana 1 filtros; semana 3 interior de campana; cada 6 meses revisión de iluminación y sustitución de carbón si aplica.
Si gestionas un piso turístico o una vivienda en alquiler en Barcelona, establece un protocolo sencillo para inquilinos: indicaciones visibles de cómo extraer los filtros, prohibición de usar estropajos abrasivos y recordatorio de encender la campana desde que se inicia la cocción. Un uso adecuado reduce la grasa depositada y, por tanto, la necesidad de limpiezas agresivas.
Para viviendas con niños o personas con sensibilidad a olores, añade al remojo un chorrito de vinagre y ventila tras cocinar. La constancia es la mejor herramienta para mantener la campana eficiente y silenciosa.
Errores comunes y cómo evitarlos
Un error típico es retrasar la limpieza hasta que la rejilla esté visiblemente amarilla. Cuanto más esperas, más dura se vuelve la grasa y mayor el esfuerzo. Otro fallo es usar estropajos metálicos que deforman la malla y reducen la eficiencia de captura. También se suele aplicar lejía o amoníaco indiscriminadamente: además de innecesarios, pueden reaccionar con otros productos o dañar metales.
- No mezcles químicos: combina agua caliente, lavavajillas y bicarbonato.
- No fuerces pestañas; si no sale, revisa el manual o busca el clip.
- No mojes motor ni conexiones; exprime bien el paño en el interior.
- No uses calor extremo en lavavajillas con aluminio.
Un último error es olvidar secar. El secado evita manchas y corrosión en bordes. Seca en el sentido del pulido del acero, monta y realiza una prueba de funcionamiento. Si notas vibraciones anómalas, revisa que el filtro esté bien asentado. La prevención y las técnicas suaves pero constantes garantizan resultados duraderos.
Preguntas frecuentes
¿Puedo meter los filtros en el lavavajillas? Sí, si el fabricante lo indica. Usa un programa corto, sin secado a alta temperatura y evitando abrillantadores agresivos, sobre todo en filtros de aluminio.
¿Cada cuánto se cambian los filtros de carbón? Depende del uso y del modelo, pero de forma orientativa cada 3–6 meses. Si notas que persisten olores o cocinas a diario, acorta el intervalo.
¿Qué producto casero funciona mejor para desengrasar? Agua muy caliente con lavavajillas corta-grasa y dos cucharadas de bicarbonato por litro. Para neutralizar olores, un chorrito de vinagre al final del aclarado.
¿La campana hace más ruido tras limpiar? Si el filtro no ha quedado bien encajado o vibra, puede sonar más. Retíralo y colócalo de nuevo hasta oír el clic de fijación. Con limpieza correcta, suele sonar menos.
¿Puedo limpiar yo los conductos? No es recomendable acceder a conductos empotrados sin equipo profesional. En casa, céntrate en filtros y cavidad; eso previene que la grasa llegue al conducto.
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