
Por qué se estropean los mandos del aire en Barcelona
Publicado el 25 de septiembre de 2025
📖 Tiempo estimado de lectura: 10 min
Índice
- Clima de Barcelona y efectos en los mandos
- Cómo funciona un mando de aire acondicionado
- Humedad, salitre y óxido: las causas ambientales
- Pilas y alimentación: errores habituales
- Caídas, golpes y almacenaje incorrecto
- Problemas de señal infrarroja e interferencias
- Cuando el fallo no es del mando: receptor y unidad interior
- Mantenimiento preventivo y limpieza segura
- Diagnóstico rápido paso a paso
- Preguntas frecuentes
Clima de Barcelona y efectos en los mandos
Barcelona combina un clima mediterráneo con veranos cálidos y húmedos, inviernos suaves y una cercanía constante al mar. Esta mezcla de temperatura elevada, humedad relativa alta y presencia de salitre en suspensión crea un entorno exigente para la electrónica de consumo, incluidos los mandos del aire acondicionado. Aunque la mayoría de fabricantes diseñan los controles para tolerar un rango de condiciones ambientales, la exposición prolongada a microgotas salinas y condensación acelera la corrosión en contactos metálicos, deteriora membranas de botones y puede afectar la estabilidad de soldaduras finas en la placa del mando.
En viviendas cercanas a la costa, terrazas sin cerrar o pisos con ventilación cruzada directa desde el mar, las partículas de sal penetran fácilmente en ranuras y juntas del mando. Si además se guarda sobre superficies frías (por ejemplo, mármol en verano con aire frío) es habitual que se forme una ligera película de condensación que, con el tiempo, deja depósitos minerales y favorece el óxido. Por eso, aunque el mando solo se use para encender o apagar, su entorno cotidiano va mermando la conductividad de las pistas y la elasticidad de las gomas de contacto.
Otro factor barcelonés típico son los cambios de temperatura al pasar del exterior cálido y húmedo a interiores climatizados con aire seco y más frío. Ese “shock” térmico produce ciclos de dilatación y contracción en plásticos, lentes de infrarrojos y carcasas. Los microdesajustes no se notan el primer día, pero después de una temporada pueden traducirse en holguras, vibraciones internas y falsos contactos.
Idea clave: en Barcelona, la combinación de humedad, salitre y cambios térmicos convierte a los mandos del aire acondicionado en dispositivos de “alto desgaste ambiental”. Una ubicación y cuidado adecuados marcan la diferencia entre que funcionen años o fallen cada temporada.
Cómo funciona un mando de aire acondicionado
El mando convencional utiliza pilas (normalmente AAA) para alimentar una pequeña placa electrónica con microcontrolador, matriz de botones de goma conductiva y un diodo emisor infrarrojo (IR). Al pulsar un botón, el circuito genera un código binario codificado en una portadora IR (por ejemplo, 38 kHz) que se emite por la “ventana” oscura del frontal. La unidad interior del aire, mediante su receptor IR, “ve” ese parpadeo a la frecuencia esperada, lo demodula y traduce el patrón de bits a una orden concreta (encender, modo frío, temperatura, velocidad del ventilador, swing, etc.).
Muchos mandos muestran en pantalla (LCD) el setpoint, modo o iconos. Esa pantalla depende de un buen contacto con la placa y de una tensión estable; caídas de voltaje por pilas agotadas ocasionan símbolos débiles, parpadeos o pérdida de memoria. En algunos modelos, cada pulsación envía el estado completo del sistema (no solo el botón), por lo que, si un bit “viaja” mal por suciedad en la goma o soldaduras frías, la unidad podría ignorar la orden completa.
Los puntos críticos son: la ventana IR (debe estar limpia y alineada), la matriz de goma (sus almohadillas de carbono se ensucian con grasa de dedos y polvo), los muelles del compartimento de pilas (se oxidan con rapidez) y las soldaduras del LED IR y del portapilas (sufren con golpes y torsiones). Comprender esta anatomía ayuda a detectar por qué un mando deja de responder justo al inicio del verano.
- Matriz de botones: requiere presión uniforme para cerrar el circuito.
- LED IR: emite luz no visible; si la intensidad cae, baja el alcance.
- Portapilas: cualquier óxido aumenta resistencia y “roba” voltaje.
- Pantalla LCD: sensible a caídas de tensión y a la humedad.
Humedad, salitre y óxido: las causas ambientales
La humedad alta acelera reacciones electroquímicas y facilita que el polvo se adhiera a contactos. El salitre, abundante en ciudades costeras como Barcelona, deposita sales higroscópicas que absorben agua del aire, creando micro-películas conductoras en la placa. Con el tiempo, estas películas originan leakage (corrientes parásitas), botones que “se quedan pulsados” y errores intermitentes difíciles de reproducir. El óxido en muelles o chapas del compartimento de pilas aumenta la resistencia, reduce el voltaje efectivo y provoca reinicios del microcontrolador del mando.
Además, varias viviendas usan el mando en cocinas o salones donde se generan vapores y aerosoles grasos. La grasa atrapa polvo y sal, formando una pasta que bloquea botones o tapa la ventana IR. En comunidades con la unidad interior instalada cerca de balcones o ventanas, los cambios de brisa llevan partículas finas directamente al mando, especialmente si se deja sobre mesas expuestas o al lado de plantas pulverizadas con agua.
Recomendación práctica: guarda el mando en un lugar seco, lejos de fuentes de vapor (cocina, baño), evita apoyarlo sobre superficies frías y pasa un paño de microfibra ligeramente humedecido con agua destilada por la ventana IR cada mes de uso intensivo.
- Evita balcones abiertos y corrientes con aire marino directo.
- No uses limpiadores agresivos: atacan plásticos y gomas conductivas.
- Si hay moho en paredes, trata la causa de condensación; afecta a la electrónica.
Pilas y alimentación: errores habituales
Una causa muy frecuente de “mando muerto” es tan simple como pilas agotadas o mal colocadas. En climas húmedos, incluso pilas relativamente nuevas pueden descargarse por autodescarga acelerada. Otro error típico es mezclar marcas o antigüedades distintas: esa asimetría provoca que una celda caiga antes de tensión y arrastre a la otra. También se ven pilas alcalinas con fuga; el electrolito blanquecino corroe muelles y pistas. Si el mando queda inutilizado durante el invierno, conviene retirar las pilas para evitar microdescargas y derrames.
Revisa la polaridad, comprueba que los muelles presionen con firmeza y limpia los contactos con un bastoncillo ligeramente humedecido en alcohol isopropílico (≥90%). Si hay óxido, un borrador de lápiz o una tira de papel fino puede ayudar a “raspar” con suavidad, pero nunca uses lija metálica: podrías desprender el baño protector. Tras limpiar, deja secar completamente antes de insertar pilas nuevas. Cuando el mando muestra síntomas como “alcanza solo a 1 metro” o “enciende pero no cambia modo”, muchas veces es el voltaje: sustituye por un pack de pilas nuevas de la misma marca y lote.
Consejo de ahorro: usa pilas de calidad y apaga la iluminación de pantalla si tu mando lo permite. Evita baterías recargables NiMH si el fabricante no las recomienda; su voltaje nominal (1,2 V) puede ser insuficiente frente a 1,5 V de alcalinas.
- Cambia ambas pilas a la vez.
- No mezcles alcalinas y recargables.
- Inspecciona fugas y reemplaza el mando si el daño es severo.
Caídas, golpes y almacenaje incorrecto
Los mandos sufren caídas desde sofás, mesillas o encimeras. Un golpe en el ángulo adecuado puede aflojar la soldadura del LED IR o del portapilas. Aunque externamente la carcasa parezca intacta, internamente se generan microfisuras que provocan fallos intermitentes: a veces funciona, a veces no. Guardarlo en cajones repletos, junto a llaves o objetos metálicos, también presiona su placa. Y si se deja dentro de coches al sol o pegado a ventanas, el calor reblandece plásticos y deforma la lente IR, modificando el enfoque del haz.
El almacenaje ideal es en un soporte de pared lejos de la salida directa del split y de la cocina. Las fundas de silicona amortiguan caídas y mejoran el agarre. Si el mando ya cayó y desde entonces hay problemas, una inspección interna (retirando tornillos y pestañas con cuidado) puede revelar piezas sueltas. No fuerces: las pestañas se rompen con facilidad. Si localizas una pista levantada o un pad desprendido, la reparación requiere soldadura fina; en ese caso, lo más rentable suele ser reemplazar el mando por uno original o universal compatible.
- Evita superficies resbaladizas (mármol/piedra pulida).
- Usa soportes de pared o bandejas fijas.
- No apoyes el mando bajo la unidad interior (goteos de condensación).
Checklist rápido tras una caída: ¿cruje la carcasa?, ¿la ventana IR está suelta?, ¿la tapa de pilas encaja bien?, ¿al agitar suena algo? Si la respuesta es sí, valora sustitución inmediata.
Problemas de señal infrarroja e interferencias
La comunicación entre mando y equipo depende de una “línea de visión” limpia. La lente IR debe apuntar al receptor de la unidad interior sin obstáculos. En salones muy luminosos, especialmente con luz solar directa o lámparas halógenas, puede haber saturación del receptor, reduciendo la sensibilidad. Los filtros de polvo en la unidad o carcasas amarillentas también atenúan la señal. Además, barras de sonido, tiras LED o televisores generan ruido IR que “ensucia” la banda alrededor de 38 kHz, dificultando la decodificación.
Para probar el mando, un truco útil es mirar el LED IR a través de la cámara del móvil: muchas cámaras muestran el parpadeo púrpura al pulsar. Si no se ve, puede que el LED o la electrónica estén fallando; si se ve, enfoca mejor, acércate o apaga luces intensas para descartar saturación. Revisa también la ventana del mando y el receptor en la unidad: una simple capa de polvo o nicotina reduce muchísimo el alcance.
- Evita luz directa al receptor IR de la unidad interior.
- Mantén 1–3 metros de distancia con línea de visión.
- Desconecta temporalmente tiras LED o equipos IR cercanos para probar.
Pro tip: si usas un mando universal, programa el código exacto de tu marca/modelo. Un código similar puede encender, pero fallar en funciones avanzadas por diferencias en la trama IR.
Cuando el fallo no es del mando: receptor y unidad interior
No todos los problemas nacen en el mando. El receptor IR de la unidad interior puede fallar por suciedad, golpes, envejecimiento del fotodiodo o humedad en la placa. Si el mando funciona cerca de otros aparatos (TV, ventilador IR) pero no con el aire, sospecha del receptor. En comunidades costeras, la electrónica de la unidad sufre igualmente el salitre, generando oxidación en conectores o en el cableado que une el receptor a la placa principal. Una pista clara: el pitido de confirmación. Si la unidad no emite ningún pitido cuando acercas el mando a pocos centímetros, el receptor podría estar ciego o desconectado.
Por otro lado, algunos equipos tienen modos bloqueados (por ejemplo, “Lock” infantil) que impiden cambios aunque el mando envíe órdenes. Revisa el manual del modelo o prueba un “reset” seguro de la unidad (cortar corriente unos minutos). Si varias funciones responden pero otras no (p. ej., cambia temperatura pero no modo), quizá el mando universal está mal configurado o el firmware de la unidad exige secuencias específicas. En instalaciones con domótica o pasarelas WiFi, actualizaciones de módulos pueden alterar la prioridad de control, creando la sensación de “mando roto”.
- Acerca el mando a 10–20 cm del receptor y prueba varias teclas.
- Revisa filtros y rejillas: el polvo bloquea la “ventana” del receptor.
- Comprueba si hay bloqueo de teclado o programaciones activas.
Mantenimiento preventivo y limpieza segura
Un cuidado mínimo prolonga la vida de los mandos del aire acondicionado, especialmente en Barcelona. Establece una rutina estacional: antes del verano, cambia pilas, limpia ventana IR y revisa la presión de la tapa. Cada mes de uso intensivo, pasa un paño seco por la carcasa para eliminar salitre y polvo. Si notas teclas “pegajosas”, desarma con calma: retira pilas, tornillos y pestañas, separa la goma y lava solo la membrana con agua tibia y una gota de jabón neutro. Seca por completo y limpia la placa con alcohol isopropílico; no mojes la pantalla LCD ni el zumbador.
Evita aerosoles perfumados o limpiadores multiusos: dejan residuos que atrapan suciedad. No uses aire a presión muy cerca: puedes desplazar piezas. Para contactos levemente oxidados, aplica isopropílico y frota con bastoncillo. Si el óxido es importante, considera cambiar el portapilas o el mando completo: la corrosión suele volver. Coloca topes de silicona o una funda antiimpactos si hay niños. Y ubícalo lejos de radiadores, hornos o sol directo para evitar deformaciones.
Hábito ganador: guarda el mando en un soporte alto, alejado de salpicaduras, a 1–2 m del split y con buena línea de visión. Así reduces humedad, interferencias y caídas accidentales.
- Alcohol isopropílico (≥90%) para placa y contactos.
- Jabón neutro y agua para la goma de teclas, bien seca después.
- Cambio preventivo de pilas al inicio del verano.
Diagnóstico rápido paso a paso
Cuando el mando falla, sigue este protocolo en 10 minutos para aislar la causa más probable en Barcelona:
- 1) Pilas nuevas y correctas: coloca dos AAA de la misma marca y lote, revisa polaridad, cierra bien la tapa.
- 2) Prueba de cámara: mira el LED IR con la cámara del móvil mientras pulsas varias teclas; debe verse parpadeo.
- 3) Distancia y alineación: apunta a 1 metro, línea de visión directa, luces fuertes apagadas, receptor limpio.
- 4) Limpieza básica: ventana IR y contactos de pilas con paño y isopropílico; seca y repite prueba.
- 5) Interferencias: apaga tiras LED, barras de sonido o equipos que usen mandos IR cercanos.
- 6) Verificación de la unidad: comprueba pitido de la unidad; si no responde a 10–20 cm, sospecha del receptor.
- 7) Entorno: evita zonas con salitre directo; prueba desde otra estancia para descartar saturación lumínica.
- 8) Universal/compatibilidad: si usas mando universal, reprograma el código específico de la marca/modelo.
- 9) Inspección por caída: agita suavemente; si suena algo suelto, podría haber soldadura rota.
- 10) Decisión: si tras todo lo anterior sigue fallando, valora reemplazo del mando o servicio técnico para el receptor.
Este flujo te ahorra tiempo y costes, priorizando causas simples (pilas y suciedad) y teniendo en cuenta los factores locales de Barcelona (humedad, salitre y luz intensa). Documenta cada paso para evitar repetir pruebas y, si recurres a un técnico, le ofrecerás información útil para un diagnóstico más rápido.
Resultado esperado: en gran parte de los casos, el problema se resuelve en los primeros cinco pasos. Si persiste, el problema suele estar en el receptor IR o en daños internos por golpe/corrosión.
Preguntas frecuentes
¿Cada cuánto conviene cambiar las pilas del mando del aire? En uso intensivo de verano, cambia al inicio de la temporada o cuando notes menor alcance. En climas húmedos como Barcelona, evita dejar las mismas pilas más de 9–12 meses, incluso si aún funcionan, para reducir riesgo de fugas.
¿Puedo usar pilas recargables? Solo si el fabricante lo indica. Muchas placas esperan 3,0 V de dos alcalinas (1,5 V x 2). Dos NiMH aportan ~2,4 V; algunos mandos funcionan, pero otros muestran fallos intermitentes o alcance corto.
El mando enciende el aire pero no cambia la temperatura, ¿por qué? Suele ser un problema de codificación en mandos universales o de membranas sucias que no “cierran” bien el circuito de ciertas teclas. Limpia la goma de botones y reprograma el mando universal con el código exacto del modelo.
¿Cómo sé si el problema es del receptor de la unidad interior? Si el mando emite IR (se ve con la cámara) y, a 10–20 cm del receptor, la unidad no responde ni pita, el receptor puede estar dañado, sucio o desconectado. Revisa filtros y frontal; si persiste, precisa servicio técnico.
¿La humedad y el salitre pueden arreglarse con sprays “milagro”? No. Los sprays multiusos dejan residuos que a corto plazo “parecen” solucionar, pero a medio plazo agravan la suciedad y atrapan polvo. Usa isopropílico para placa y agua/jabón para gomas, y mejora el lugar de almacenamiento.